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LA ENERGIA ELECTRICA EN LA HISTORIA Y SU IMPACTO SOCIAL

Un fragmento: Epílogo

Un fragmento: Epílogo

No podemos, al referirnos a la historia y la evolución de la energía eléctrica en Nueve de Julio ensayar una conclusión completa, cuando apenas nos hemos ocupado de apenas tres décadas de su prolongado proceso.

Sin embargo, aunque la energía eléctrica, como se ha dicho tantas veces a lo largo de los párrafos dejados atrás, no fue una fuente de la cual pudieran disfrutar todos los sectores -o al menos una mayoría importante- no podemos negar su contribución valiosa al desarrollo de la comunidad. Su presencia, desde la llamada  etapa post fundacional, en el reducido flujo de la línea telegráfica, hasta la construcción de la usina de 1913,  acompañado, si cabe esta expresión, a la ciudad en su desarrollo.

Ha invitado, y aún más después de 1929, a la constante reflexión sobre el sentido de la búsqueda del bien mayor, el bien comunitario, en los actos públicos, no en beneficio de los intereses extraños, sino en pos del bienestar de los vecinos. En este sentido, la producción de la energía eléctrica se convirtió en la posesión deseada por quienes, en el fondo, pretendían el poder emanado de su influencia en la sociedad... Las luchas contra los monopolios crearon desencuentros, pero sin dudas, dejaron su mensaje para la posteridad: nada vale más como la defensa de los derechos colectivos, la búsqueda de lo verdadero entre las múltiples fascinaciones de aquello que, siendo falso, está plagado de dadivosos ilusionismos.

 

Antes de poner fin a estas páginas, preludio breve a un tema, sin dudas, llamado a estudios más profundos, me permití visitar el antiguo edificio, conservado casi en ruinas, de la usina construida por Parcus. No era la primera vez que ingresaba a ese lugar; en muchas ocasiones, desde la feliz infancia, había buscado tras esos muros ya vetustos satisfacer la curiosidad emanada del edificio de singular arquitectura.

Lo cierto es que en esta ocasión, a diferencia de las anteriores pude experimentar, por un instante, una extraña sensación interior, completamente distante de la objetividad y de la templanza de ánimo necesaria para la comprensión de los acontecimientos pretéritos. Conozco, como cualquier nuevejuliense, los acontecimientos sucedidos entre 1930 y 1952, respecto del problema eléctrico. Las “luchas” de los vecinos por ver materializado el ideal de una usina popular, los desvelos de ciertos hombres, cuyos intereses estaban muy lejos de sus propiedades, empleos u ocupaciones personales. Individuos de ideales elevados, protagonistas de una etapa clave en la historia de Nueve de Julio. También sabía de las arbitrariedades y de los ilegales exceso de los poderosos para con los habitantes del lugar; y del silencio de los obsecuentes, quienes ante el temor se convertían en aspaventeros...Todo ello, ya parte del pasado y, por que no, del silencio, estaba presente en ese lugar, la vieja edificación aniquilada por el transcurrir inexorable de los años.

Desde la década de 1950, aquel edificio no ha sido utilizado para fin concreto alguno ni, mucho menos, restaurado. Allí, casi nada evoca los años en que la planta funcionaba: las paredes plagadas de humedad o malezas; las vidrieras, desprovistas de cristal alguno, permanecen abiertas, como invitando a las miradas curiosas; nada queda de las cavidades subterráneas revestidas en mármol, o de las balaustras; mucho menos resta de los apliques que alguna vez pendieron de las herrumbrosas cabreadas.

Antes de alejarme aquel lugar, quizá con un dejo de tristeza, busqué llevar conmigo algún recuerdo. Sólo hallé un trozo de azulejo, que recogí cual reliquia preciada de incalculable valor.

Mientras concluyo estos apuntes, sobre la mesa de trabajo, el tesoro encontrado parece recordarme que, más allá de los datos empíricos, de las fuentes o de los voluminosos catálogos, la historia del servicio eléctrico en Nueve de Julio también estaba subsidiada por pequeñas cosas, aquellas que transitan desapercibidas, las cuales  también podrían testimoniar, desde su impávido silencio.

FOTO: Fachada de la usina construída en 9 de Julio -ubicada en la esquina de Jujuy y Río Uruguay- entre 1912 y 1913, antes de ser reformada.

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